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miércoles, 28 de octubre de 2009

Bibliografía Anotada N° 9
Los valores como herramientas gerenciales
como_herramientas_gerenciales/2004
Autor: Alexis Codina
Contador Profesional. Lic. en Economía. Doctor en Ciencias Económicas. (Ph. D). Profesor Titular. Fundador y Ex-Director del Centro de Estudios de Técnicas de Dirección (CETED) de la Facultad de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Habana (UH). Miembro del Consejo Científico del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Problemas de Dirección (1989-1992). Premio Nacional de Economía 2006.

Los valores, como herramientas o enfoques gerenciales, han venido ocupando un lugar cada vez más relevante en las teorías y prácticas de la administración en los últimos años. El presente artículo es dirigido al público docto en la materia y al personal de gerentes, es sustentado metodológicamente en el arqueo documental. Athos y Pascale definen los valores corporativos como “reglas o pautas mediante las cuales una compañía exhorta a sus miembros a tener comportamientos consistentes con su sentido de existencia (orden, seguridad y desarrollo). Son propósitos supremos a los cuales la organización y sus miembros deben dedicar toda su energía”. Entre las razones que fundamentan la necesidad de otorgarle una importancia relevante a los valores en el plano gerencial se señalan las siguientes:
• Los valores son los impulsores principales de la actuación de las personas y las organizaciones, son los que otorgan cohesión y sentido de pertenencia y establecen compromisos éticos, entre sus miembros, y de la organización con sus clientes y socios. (Tom Peters).
• Los modelos de gestión vigentes hasta los años ochenta ya no responden a las nuevas necesidades. La orientación al cliente, las nuevas tecnologías y la inclusión de valores y principios éticos habrán de ser los nuevos puntos de referencia. Ello significa que valores ya existentes a escala personal deben adquirir una nueva dimensión, cuando son aplicados a la actividad de la empresa. (Dolan-García).
• Nada es más importante que la visión y los valores para determinar lo que sucede en una compañía. Ellos constituyen la base para todas las demás aptitudes y prácticas. (Steiner).
• Una visión sin valores se asemeja a un viaje sin un mapa de ruta. (Linbeck).
• Los valores y creencias son el elemento más importante de los tres componentes de la visión (valores, objetivos y metas) en una organización, sugieren pautas de acción sobre cómo actuar e interactuar para lograr lo que desean. (Quigley).
¿Para qué sirven los valores como parte de la estrategia de la organización?. Según los especialistas:
• Sirven de guía, de orientación, a sus miembros sobre cómo deben comportarse.
• Fortalecen la cohesión de sus miembros y protegen a la organización de amenazas externas.
• Sirven de mecanismo de autogobierno, por el que se orientan los miembros de la organización para valorar cómo estamos haciendo las cosas.
• Se utilizan para la selección y evaluación del personal.
• Dan coherencia y “alma” (sentimientos) a la organización.
Entre los valores que, según investigadores, caracterizan a empresas exitosas se encuentran: brindar a los clientes calidad y servicios óptimos; considerar a su gente como el recurso más valioso; apoyar la creatividad y la innovación; compartir información y trabajar en equipo; trato justo para todos; premiar los resultados relevantes; respeto y comunicación entre todos. Al igual que Robbins, estos autores consideran que las organizaciones pueden jugar un papel importante en la creación de nuevos valores en la gente. Para esto, los jefes pueden valerse de muchas herramientas, considerando que las más importantes son: la creación de una visión motivadora, saber escuchar a la gente, la comunicación efectiva, educarlas con el ejemplo, promover formas de comportamiento que, con su reiteración, se conviertan en hábitos.
Quigley ofrece los siguientes “consejos para los líderes” para el trabajo con los valores.
• Comparta la definición de sus valores. No existe mejor manera de asegurar el sentido de pertenencia y compromiso que la participación.
• Si fuera necesario, modifique sus valores. Ellos deben ser una fuente de estabilidad en un mundo que cambia con tanta rapidez.
• El sentido de los valores es conmover el corazón, no cerrar la mente. Mantenga una actitud abierta a los valores importantes de su gente.
• Otorgue a los valores la importancia que da a las cifras. Recuerde que todas las personas comprenden los valores, pero no todas comprenden las cifras.
• Exprese sus valores en forma explícita y breve, su gente no tendrá dificultad alguna en recordarlos y transformarlos en acción con mayor facilidad.
• La comprobación de sus valores radica en el efecto que ellos tienen en sus actuaciones en el sitio de trabajo.
En procesos de consultoría realizados en diferentes tipos de organizaciones, sobre procesos estratégicos, programas de cambio, o introducción de los valores, se pueden apreciar las siguientes conclusiones:
No basta con “enunciar” los valores, es imprescindible que se haga una breve definición que sea compartida por todos. La “atención al cliente” puede no ser interpretada de la misma forma por cada uno. Para que los valores “operen” como instrumento de cohesión y dirección es necesario que se definan cuáles son las “conductas observables” a través de las cuales se comprobará que se están aplicando los valores que se han definido.
Los valores definidos deben ser utilizados en la selección del personal, en la evaluación y en las recompensas. Los jefes deben ser “modelos”, ejemplos en el cumplimiento de los valores. Si no se cumplen estas condiciones, los valores se limitarán a una proposición de buenos deseos.
En líneas generales, a manera de comentario, es imprescindible la consideración y aprecio a los valores, ya que juegan un papel importantísimo en la dinámica organizacional y por ende en los enfoques empresariales, ya que constituyen reglas o guías de autogobierno, que impulsan acciones, acreditando el sentido de pertenencia, nivel de compromiso en compas con las metas y filosofía organizacional, muchos autores opinan que deben ser considerados como el alma y filosofía preceptores de las acciones gerenciales y del talento humano.

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